Esencia

Dibujo SonOro ha trabajado enseñando y ha trabajado creando. En el espacio de la pedagogía ha realizado trabajos plásticos con diversas poblaciones: niñez, adolescencia y adultez. Las actividades se han llevado a cabo con diversas temáticas y técnicas. En el espacio de la creación ha explorado variados enfoques y ha procurado disponer su producción para articularla con proyectos de otras disciplinas (literatura, música y danza).

domingo, 27 de marzo de 2016

El mandala de la gratitud

Viví durante un poco más de tres años
en un barrio llamado QUINTA MUTIS,
justo al sur del 7 DE AGOSTO.
Por dos años tuve de vecina
a mi compañera mandalera number one,
Paola Puerto Perdomo,
siete escasas cuadras nos separaban.
Para ambas fue muy importante nuestra cercanía,
nuestra vecindad.
Por ello decidimos hacer un mandala,
para agradecerle al barrio habernos acogido
tan amorosamente.
Escogimos como locación un parquecito
que queda en la calle 64 con carrera 17.
Arrancamos a eso de las 6 de la tarde.
Quisimos hacer dos espirales enlazados,
para simbolizar esa relación que hay
entre el individuo y su entorno,
es una retroalimentación incesante.
El resto sería mera espontaneidad,
lo que llaman la improvisación.
Para nuestra sorpresa,
tuvimos tres grupos de participantes.
El primero, cinco chiquitines
que simplemente tenían ganas de dibujar.
Dispusimos para ellos dos círculos
en puntos estratégicos con relación al espiral doble,
para permitirles tranquilamente plasmar lo que quisieran,
guardando un mínimo diseño, una cierta armonía.
En un círculo participaron los niños.
Y aunque María José no aportó
en lo que Brayan y Juan David hicieron,
sirvió de modelo para tomar el registro.

Las niñas entonces se hicieron en el otro círculo.
Aquí están apenas poniéndose de acuerdo
Luisa Fernanda, Nicole y María José.
De nuevo nuestra modelo,
posando para exponer
el resultado de ese trabajo conjunto.

Era evidente que María José estaba enganchada.
Así que solicitó un círculo más
para seguir dibujando.

El segundo grupo de participantes
fue todavía más inesperado.
Pao y yo, después de haber delineado juiciosamente
el doble espiral con aserrín, arenas de colores y agua,
nos fuimos a tomar un café, para despejarnos un poco.
Al regresar, ya iniciada la noche de luna casi llena,
había seis jóvenes sentados en unas banquitas,
pasando el rato supongo.
Por suerte aún conservan aquél espíritu
de dejar la vergüenza a un lado para manifestar los deseos,
nosotros también queremos dibujar, nos dijeron.
Así que les propusimos participar libremente
tomando como único límite hacerlo dentro de un círculo.
Ellos mismos determinaron en dónde lo ubicarían,
respetando un mínimo de armonía en el diseño.
Los resultados también fueron increíbles.

Una de las chicas quiso dibujar sola.
Al parecer tenía ya muy claro
cómo es eso de hacer un mandala.

Tres de ellos estaban más dudosos,
querían participar pero no sabían como.
Lo fueron resolviendo en la acción misma,
probando en el camino,
porque recorriendo el camino
es que se aprende en esta vida.

Las dos restantes dialogaron para decidir
cuál sería su dibujo:
un árbol de ojos

Hacia el final llegó la tercera participación,
que no alcanzó a materializarse, no sabemos bien por qué.
Un artista plástico, que vive en las cercanías,
fue a hacer un poco de ejercicio
en las maquinitas esas que hay por todas partes.
Conversamos un rato,
señaló que le parecían linda e importante
nuestra intervención.
Ojalá este mandala lo haya dejado antojado,
como dicen un buen amigo mío,
para continuar impregnando el lugar con bonita energía.
Porque nosotras dos, sonrientes y agradecidas,
ya nos vamos del lugar.
Esta fue nuestra despedida.


lunes, 21 de marzo de 2016

S I N A N C L A

El año pasado
Dibujo Sonoro hizo una importante colaboración
diseñando la imagen de portada
del disco S.I.N.A.N.C.L.A. de la compositora y pianista
Tatiana Castro Mejía, mi hermana.

Una pequeña muestra
de imágenes que hicieron parte
del proceso creativo.

Esta imagen está hecha
pensando en el título de una de las canciones.
AQUÍ DEBERÍA HABER ROSAS.

Esta es la publicidad
de uno de los conciertos previos
al lanzamiento oficial del disco.

Esta imagen aportó de manera importante
a la configuración del mar de SINANCLA.
Sin embargo hacía falta un poco de espacio
un poco de aire.

Hasta que finalmente apareció un personaje
una suerte de malabarista
el cual daría el toque final
que Tatiana y yo estábamos esperando.

Música que cuenta historias y emociones
a través de los sonidos.
Por supuesto, muy recomendada su escucha,
aquí un enlace en donde pueden adquirir
los tracks.

S I N A N C L A

LAS ALIANZAS SON ORO




viernes, 12 de junio de 2015

Taller en Trementina Artes

Hace casi tres semanas
se llevó a cabo en TREMENTINA ARTES
un taller para aprender a diseñar un mandala.
Los asistentes: la familia.
Los había convocado para festejar de manera distinta
mi cumpleaños número 35.

Fue hermoso presenciar el proceso.
Empecemos por los tíos.
Germán, por una parte,
se mostró algo tímido al principio.
Yo propuse utilizar tapas de envases plásticos
para usarlas como regla,
y esa presencia tan "geométrica"
a veces no permitía ver las infinitas posibilidades
que ofrece el círculo como forma.
Germán. Principio.
Germán. Final.
Por su parte Quique estuvo bien silencioso,
me parece recordar que estaba casi sin voz.
Lo vi muy sumergido en su labor,
dándole rienda suelta a la expresión
a través del encuentro de los colores vivos.
Quique. Diseño.
Quique. Coloreado.
Estuvieron también mi tía Lucy y mi madre,
Margarita.
Me acerqué a los dibujos y sugerí resaltar
algunas líneas, borrar otras,
para darle un poco más de vuelo al diseño.
Me di cuenta que era cuestión de un pequeño empujón
para que la creatividad se abriera paso con toda su fuerza.
Lucy. Diseño.
Lucy. Coloreado.
Mientras todos dibujaban y coloreaban
iba suministrando alguna información valiosa.
Todo aquello que ubiquemos en el centro del mandala
es algo que para nosotros tiene mucha importancia.
Mi madre, pensando en el amor,
puso en todo el centro un corazón.
Margarita. Principio.
Margarita. Final.

Los tíos políticos hicieron también lo suyo.
Claudia llegó a sentirse en un punto muerto.
Sentía que no sabía cómo continuar.
Una vez más fue cuestión
de ofrecer una posibilidad de transformación.
Las superficies pueden ser coloreadas
buscando lograr capas uniformes, más o menos planas.
O se puede a recurrir a la generación de texturas
a través de la utilización de líneas, puntos,
asteriscos, espirales, etc.
Al final, a Claudia, nadie la pudo parar.
Claudia. Principio.
Claudia. Final.
A Felipe le sucedió algo similar.
No se le ocurría cómo seguir.
Difundí la teoría de los colores complementarios,
lo cual le dio una pequeña luz al tío político para continuar.
Los peques, Martín y Manuela,
se desenvolvieron con fluidez.
De manera separada ambos ya habían tenido la experiencia
de diseñar y colorear mandalas conmigo,
así que ya teníamos un camino adelantado.
 Además, como aún están estrenando vida,
tienen menos miedos, menos traumas,
menos información "inútil" en la cabecita.
Por suerte ellos están ahí presentes para eso.
Para recordarnos lo bonito es que ser uno mismo,
sin tapujos.
Manuela. Principio.
Manuela. Final.
El diseño de Manuela fue bastante sencillo,
eso sí, lleno de mucha minucia y paciencia,
bendita paciencia,
uno de los más hermosos legados de ejercitarse
en el arte de los mandalas.
Martín. Principio.
Martín. Final.
 Por su parte Martín se tomó en serio lo de las texturas.
Su diseño tenía algo de indígena,
y una muy armónica combinación de colores.
Mucha dedicación para los detalles.
Para terminar el relato,
observemos a la asistente más voladora:
la bióloga-cantante-dibujante
y muchas otras cosas más
que harían interminable su caracterización.
Naty guardó silencio casi toda la sesión.
Le costó trabajo parar,
hablamos de lo difícil que resulta identificar
el mometo de dar por terminado el mandala,
cuál es esa borrosa línea entre lo bellamente adornado,
y lo excesivamente cargado.
El centro de su mandala: la música.
Naty. Principio.
Naty. Final.

Blanca Lucía nos acompañó,
pero un inconveniente de última hora
no le permitió concentrarse en la actividad.
Algunos otros asistentes no hicieron parte del taller
pero pudieron apreciar la fugaz exposición
de una tarde.
Gracias a mi padre, a Gloria,
a Margarita y a su amiga,
a Malva, a Iván, a Nadia y a Diego.
Su presencia me saca siempre sonrisas.

Vendrá otro taller, con seguridad.
Por ahora los cuadros quedaron exhibidos
en TREMENTINA BAR
(Avenida carrera 24 parkway # 37 - 42)
justo al lado de TREMENTINA ARTES,
para quien quiera ir a observarlos
y de paso disfrutar del agradable ambiente del lugar.

LOS MANDALAS SON ORO.