Esencia

Dibujo SonOro ha trabajado enseñando y ha trabajado creando. En el espacio de la pedagogía ha realizado trabajos plásticos con diversas poblaciones: niñez, adolescencia y adultez. Las actividades se han llevado a cabo con diversas temáticas y técnicas. En el espacio de la creación ha explorado variados enfoques y ha procurado disponer su producción para articularla con proyectos de otras disciplinas (literatura, música y danza).

lunes, 21 de marzo de 2016

S I N A N C L A

El año pasado
Dibujo Sonoro hizo una importante colaboración
diseñando la imagen de portada
del disco S.I.N.A.N.C.L.A. de la compositora y pianista
Tatiana Castro Mejía, mi hermana.

Una pequeña muestra
de imágenes que hicieron parte
del proceso creativo.

Esta imagen está hecha
pensando en el título de una de las canciones.
AQUÍ DEBERÍA HABER ROSAS.

Esta es la publicidad
de uno de los conciertos previos
al lanzamiento oficial del disco.

Esta imagen aportó de manera importante
a la configuración del mar de SINANCLA.
Sin embargo hacía falta un poco de espacio
un poco de aire.

Hasta que finalmente apareció un personaje
una suerte de malabarista
el cual daría el toque final
que Tatiana y yo estábamos esperando.

Música que cuenta historias y emociones
a través de los sonidos.
Por supuesto, muy recomendada su escucha,
aquí un enlace en donde pueden adquirir
los tracks.

S I N A N C L A

LAS ALIANZAS SON ORO




viernes, 12 de junio de 2015

Taller en Trementina Artes

Hace casi tres semanas
se llevó a cabo en TREMENTINA ARTES
un taller para aprender a diseñar un mandala.
Los asistentes: la familia.
Los había convocado para festejar de manera distinta
mi cumpleaños número 35.

Fue hermoso presenciar el proceso.
Empecemos por los tíos.
Germán, por una parte,
se mostró algo tímido al principio.
Yo propuse utilizar tapas de envases plásticos
para usarlas como regla,
y esa presencia tan "geométrica"
a veces no permitía ver las infinitas posibilidades
que ofrece el círculo como forma.
Germán. Principio.
Germán. Final.
Por su parte Quique estuvo bien silencioso,
me parece recordar que estaba casi sin voz.
Lo vi muy sumergido en su labor,
dándole rienda suelta a la expresión
a través del encuentro de los colores vivos.
Quique. Diseño.
Quique. Coloreado.
Estuvieron también mi tía Lucy y mi madre,
Margarita.
Me acerqué a los dibujos y sugerí resaltar
algunas líneas, borrar otras,
para darle un poco más de vuelo al diseño.
Me di cuenta que era cuestión de un pequeño empujón
para que la creatividad se abriera paso con toda su fuerza.
Lucy. Diseño.
Lucy. Coloreado.
Mientras todos dibujaban y coloreaban
iba suministrando alguna información valiosa.
Todo aquello que ubiquemos en el centro del mandala
es algo que para nosotros tiene mucha importancia.
Mi madre, pensando en el amor,
puso en todo el centro un corazón.
Margarita. Principio.
Margarita. Final.

Los tíos políticos hicieron también lo suyo.
Claudia llegó a sentirse en un punto muerto.
Sentía que no sabía cómo continuar.
Una vez más fue cuestión
de ofrecer una posibilidad de transformación.
Las superficies pueden ser coloreadas
buscando lograr capas uniformes, más o menos planas.
O se puede a recurrir a la generación de texturas
a través de la utilización de líneas, puntos,
asteriscos, espirales, etc.
Al final, a Claudia, nadie la pudo parar.
Claudia. Principio.
Claudia. Final.
A Felipe le sucedió algo similar.
No se le ocurría cómo seguir.
Difundí la teoría de los colores complementarios,
lo cual le dio una pequeña luz al tío político para continuar.
Los peques, Martín y Manuela,
se desenvolvieron con fluidez.
De manera separada ambos ya habían tenido la experiencia
de diseñar y colorear mandalas conmigo,
así que ya teníamos un camino adelantado.
 Además, como aún están estrenando vida,
tienen menos miedos, menos traumas,
menos información "inútil" en la cabecita.
Por suerte ellos están ahí presentes para eso.
Para recordarnos lo bonito es que ser uno mismo,
sin tapujos.
Manuela. Principio.
Manuela. Final.
El diseño de Manuela fue bastante sencillo,
eso sí, lleno de mucha minucia y paciencia,
bendita paciencia,
uno de los más hermosos legados de ejercitarse
en el arte de los mandalas.
Martín. Principio.
Martín. Final.
 Por su parte Martín se tomó en serio lo de las texturas.
Su diseño tenía algo de indígena,
y una muy armónica combinación de colores.
Mucha dedicación para los detalles.
Para terminar el relato,
observemos a la asistente más voladora:
la bióloga-cantante-dibujante
y muchas otras cosas más
que harían interminable su caracterización.
Naty guardó silencio casi toda la sesión.
Le costó trabajo parar,
hablamos de lo difícil que resulta identificar
el mometo de dar por terminado el mandala,
cuál es esa borrosa línea entre lo bellamente adornado,
y lo excesivamente cargado.
El centro de su mandala: la música.
Naty. Principio.
Naty. Final.

Blanca Lucía nos acompañó,
pero un inconveniente de última hora
no le permitió concentrarse en la actividad.
Algunos otros asistentes no hicieron parte del taller
pero pudieron apreciar la fugaz exposición
de una tarde.
Gracias a mi padre, a Gloria,
a Margarita y a su amiga,
a Malva, a Iván, a Nadia y a Diego.
Su presencia me saca siempre sonrisas.

Vendrá otro taller, con seguridad.
Por ahora los cuadros quedaron exhibidos
en TREMENTINA BAR
(Avenida carrera 24 parkway # 37 - 42)
justo al lado de TREMENTINA ARTES,
para quien quiera ir a observarlos
y de paso disfrutar del agradable ambiente del lugar.

LOS MANDALAS SON ORO.

lunes, 23 de junio de 2014

Mandala solar

Ayer, sábado 21 de junio de 2014,
para celebrar el solsticio de verano del hemisferio norte,
y el comienzo de año en el hemisferio sur
bautizado INTI RAYMI o fiesta del sol,
hicimos el MANDALA SOLAR.
Por alguna razón, para mí desconocida,
nos tomó un buen tiempo construirlo.
Llegamos a las 9:30 a.m. y partimos a las 5:30 p.m.

Por iniciativa de Nathaly Jiménez
se vinculó la realización del mandala
con el ENCUENTRO DE CULTURAS,
EDUCACIÓN Y AGRICULTURA
PARA LA PERMANENCIA DE LA VIDA
PERMACULTURAS.


Decidimos ubicarnos entonces
en la Plaza Che de la Universidad Nacional de Colombia,
pues el encuentro se llevaría a cabo
en el edificio de Postgrados Rogelio Salmona.
Un número importante de asistentes
estuvieron acompañándonos
bien hacia el final.

Para la delimitación del espacio
volvimos a utilizar cáscaras de naranja
que Paola Puerto consiguió
muy cerca del lugar donde nos encontrábamos.
Dibujamos una flor de la vida en el centro
de ese gran círculo que trazamos
y la rodeamos con rayos solares.
Nos valimos de una cuerda atada a un palo
para trazar los círculos.
Brian, Rossana y Amarú participaron muy activamente
en la construcción del mandala
Ellos tres estaban asistiendo,
junto con Nathaly y Ananda,
al encuentro de permacultura.
Después de trazado el boceto,
Paola y yo arrancamos a aplicar las arenas de colores
que habíamos teñido el día anterior.
Rossana y Nathaly quisieron utilizar
materiales que encontraron en los alrededores.
Tuvieron ideas hermosas.
Rossana dispuso manojos de pasto
y Nathaly trazó seis líneas con carbón,
proveniente de la olla comunitaria
que el encuentro de permacultura organizó
para proporcionar a todos y a todas
un rico y muy completo almuerzo vegetariano. 
Antes de que Brian, Rossana, Amarú,
Karl, Nathaly y Ananda partieran,
Paola, Nath y yo hicimos un pequeño ritual
recordando algunos de los movimientos ejecutados
en mandalas anteriores.
Amor en nuestras intenciones,
amor en nuestras palabras,
amor en nuestras acciones.
Una vez coloreados los doce rayos del sol,
y terminada la flor de la vida,
empezamos a rodear con más arena su forma
para continuar con el crecimiento del mandala.
Alba, a quien conocimos ese mismo día,
hizo aportes importantísimos.
Llenó de ondas y color
algunos rayos del sol.
Permaneció callada casi todo el tiempo
como en una especie de meditación.
Andrés Zapata, compañero de trabajo y de profesión,
se descalzó y le siguió un poco la cuerda a Alba.
Diego, amigo de Andrés,
también hizo sus aportes significativos.
Incluso asistieron curiosas observadoras.
Como segundo ritual de cierre
un aproximado de veinte personas
nos ubicamos alrededor del mandala
y nos tomamos de las manos.
Cada uno depositó una intención específica,
para sembrar y cosechar,
y la compartió con los otros:
hablamos de la comunicación,
de las redes humanas,
de la universidad como espacio
que a todos nos interesa cuidar.
Hablamos de la luz, de la paz, de la armonía.
Esta vez decidimos dejar el mandala tal cual,
y confiar en el viento, en las palomas y en los transeúntes
para ejecutar su transformación.

LOS MANDALAS SON ORO