Hay muchas cosas
que la naturaleza nos proporciona
y que no sabemos aprovechar
por desconocimiento, falta de tiempo,
desinterés, interés en otras cosas,
y un largo etceterá.
Eso pienso muchas veces
cuando voy pisando con las ruedas de mi bicicleta
unos frutitos fucsia que hay por todo Bogotá.
Podrían servir para hacer un dulce,
podrían servir para teñir una camiseta,
podrían servir para alimentar a tantos y a tantas,
en fin.
podrían servir para alimentar a tantos y a tantas,
en fin.
Ayer en la mañana
el pensamiento se convirtió en acción.
En la cicloruta de la carrera 30
entre la calle 72 y la calle 68,
me trepé a un par de árboles
y recogí algunos de esos frutitos.
También me topé, por el polo,
con un árbol de frutos, esta vez naranjas,
y pensé que harían un buen contraste
con el otro encendido color.
Y me dirigí al Parque de los Novios,
escenario de COLOMBIA AL PARQUE
en su doceava versión
a encontrarme con Paola Puerto
para continuar con nuestros MANDALAS POR LA CIUDAD
cuya materia prima de construcción
serían esos frutos recogidos en la mañana.
Esta vez no teníamos boceto,
tampoco claridad de la ubicación del dibujo.
Pero como siempre todo empezó a ocurrir fluidamente,
y nosotras nos dejamos llevar por la corriente.
Allí estaban Claudia y otra Paola, amigas nuestras
dispuestas a participar del performance.
Y apareció, como de la nada, un amigo reciente,
Germán.
Así que arrancamos,
con unos pequeños acuerdos previos:
sería una flor conformada por un círculo central
y otros seis alrededor.
sería una flor conformada por un círculo central
y otros seis alrededor.
Se asomó por un instante
la necesidad de direccionar nuestras acciones,
"así no Germán", de pronto dije,
al instante me retracté
al reconocer que estaba contradiciendo un poco
aquello de dejar fluir, dejar ser.
El resultado nos dejó a todos satisfechos y cari contentos.
Apenas terminado el mandala
Claudia, las dos Paolas y yo
salimos corriendo a ver a
JIPIYAM Y RASPACANILLA en acción.
Y dejamos el mandala ahí,
a la deriva,
confiadas de que él solito, por cuenta propia,
seguiría ejerciendo su efecto, su influencia.
Yo me asomé un par de veces
y siempre vi niños contemplándolo.
Claudia al salir del parque
registró a un combo tocando alrededor.
Claudia al salir del parque
registró a un combo tocando alrededor.
Que belleza, que color.
Y de nuevo el desapego, el compartir con otros,
la confianza, la convivencia, la transformación.
LOS MANDALAS SON ORO.