Esencia

Dibujo SonOro ha trabajado enseñando y ha trabajado creando. En el espacio de la pedagogía ha realizado trabajos plásticos con diversas poblaciones: niñez, adolescencia y adultez. Las actividades se han llevado a cabo con diversas temáticas y técnicas. En el espacio de la creación ha explorado variados enfoques y ha procurado disponer su producción para articularla con proyectos de otras disciplinas (literatura, música y danza).

viernes, 12 de junio de 2015

Taller en Trementina Artes

Hace casi tres semanas
se llevó a cabo en TREMENTINA ARTES
un taller para aprender a diseñar un mandala.
Los asistentes: la familia.
Los había convocado para festejar de manera distinta
mi cumpleaños número 35.

Fue hermoso presenciar el proceso.
Empecemos por los tíos.
Germán, por una parte,
se mostró algo tímido al principio.
Yo propuse utilizar tapas de envases plásticos
para usarlas como regla,
y esa presencia tan "geométrica"
a veces no permitía ver las infinitas posibilidades
que ofrece el círculo como forma.
Germán. Principio.
Germán. Final.
Por su parte Quique estuvo bien silencioso,
me parece recordar que estaba casi sin voz.
Lo vi muy sumergido en su labor,
dándole rienda suelta a la expresión
a través del encuentro de los colores vivos.
Quique. Diseño.
Quique. Coloreado.
Estuvieron también mi tía Lucy y mi madre,
Margarita.
Me acerqué a los dibujos y sugerí resaltar
algunas líneas, borrar otras,
para darle un poco más de vuelo al diseño.
Me di cuenta que era cuestión de un pequeño empujón
para que la creatividad se abriera paso con toda su fuerza.
Lucy. Diseño.
Lucy. Coloreado.
Mientras todos dibujaban y coloreaban
iba suministrando alguna información valiosa.
Todo aquello que ubiquemos en el centro del mandala
es algo que para nosotros tiene mucha importancia.
Mi madre, pensando en el amor,
puso en todo el centro un corazón.
Margarita. Principio.
Margarita. Final.

Los tíos políticos hicieron también lo suyo.
Claudia llegó a sentirse en un punto muerto.
Sentía que no sabía cómo continuar.
Una vez más fue cuestión
de ofrecer una posibilidad de transformación.
Las superficies pueden ser coloreadas
buscando lograr capas uniformes, más o menos planas.
O se puede a recurrir a la generación de texturas
a través de la utilización de líneas, puntos,
asteriscos, espirales, etc.
Al final, a Claudia, nadie la pudo parar.
Claudia. Principio.
Claudia. Final.
A Felipe le sucedió algo similar.
No se le ocurría cómo seguir.
Difundí la teoría de los colores complementarios,
lo cual le dio una pequeña luz al tío político para continuar.
Los peques, Martín y Manuela,
se desenvolvieron con fluidez.
De manera separada ambos ya habían tenido la experiencia
de diseñar y colorear mandalas conmigo,
así que ya teníamos un camino adelantado.
 Además, como aún están estrenando vida,
tienen menos miedos, menos traumas,
menos información "inútil" en la cabecita.
Por suerte ellos están ahí presentes para eso.
Para recordarnos lo bonito es que ser uno mismo,
sin tapujos.
Manuela. Principio.
Manuela. Final.
El diseño de Manuela fue bastante sencillo,
eso sí, lleno de mucha minucia y paciencia,
bendita paciencia,
uno de los más hermosos legados de ejercitarse
en el arte de los mandalas.
Martín. Principio.
Martín. Final.
 Por su parte Martín se tomó en serio lo de las texturas.
Su diseño tenía algo de indígena,
y una muy armónica combinación de colores.
Mucha dedicación para los detalles.
Para terminar el relato,
observemos a la asistente más voladora:
la bióloga-cantante-dibujante
y muchas otras cosas más
que harían interminable su caracterización.
Naty guardó silencio casi toda la sesión.
Le costó trabajo parar,
hablamos de lo difícil que resulta identificar
el mometo de dar por terminado el mandala,
cuál es esa borrosa línea entre lo bellamente adornado,
y lo excesivamente cargado.
El centro de su mandala: la música.
Naty. Principio.
Naty. Final.

Blanca Lucía nos acompañó,
pero un inconveniente de última hora
no le permitió concentrarse en la actividad.
Algunos otros asistentes no hicieron parte del taller
pero pudieron apreciar la fugaz exposición
de una tarde.
Gracias a mi padre, a Gloria,
a Margarita y a su amiga,
a Malva, a Iván, a Nadia y a Diego.
Su presencia me saca siempre sonrisas.

Vendrá otro taller, con seguridad.
Por ahora los cuadros quedaron exhibidos
en TREMENTINA BAR
(Avenida carrera 24 parkway # 37 - 42)
justo al lado de TREMENTINA ARTES,
para quien quiera ir a observarlos
y de paso disfrutar del agradable ambiente del lugar.

LOS MANDALAS SON ORO.

lunes, 23 de junio de 2014

Mandala solar

Ayer, sábado 21 de junio de 2014,
para celebrar el solsticio de verano del hemisferio norte,
y el comienzo de año en el hemisferio sur
bautizado INTI RAYMI o fiesta del sol,
hicimos el MANDALA SOLAR.
Por alguna razón, para mí desconocida,
nos tomó un buen tiempo construirlo.
Llegamos a las 9:30 a.m. y partimos a las 5:30 p.m.

Por iniciativa de Nathaly Jiménez
se vinculó la realización del mandala
con el ENCUENTRO DE CULTURAS,
EDUCACIÓN Y AGRICULTURA
PARA LA PERMANENCIA DE LA VIDA
PERMACULTURAS.


Decidimos ubicarnos entonces
en la Plaza Che de la Universidad Nacional de Colombia,
pues el encuentro se llevaría a cabo
en el edificio de Postgrados Rogelio Salmona.
Un número importante de asistentes
estuvieron acompañándonos
bien hacia el final.

Para la delimitación del espacio
volvimos a utilizar cáscaras de naranja
que Paola Puerto consiguió
muy cerca del lugar donde nos encontrábamos.
Dibujamos una flor de la vida en el centro
de ese gran círculo que trazamos
y la rodeamos con rayos solares.
Nos valimos de una cuerda atada a un palo
para trazar los círculos.
Brian, Rossana y Amarú participaron muy activamente
en la construcción del mandala
Ellos tres estaban asistiendo,
junto con Nathaly y Ananda,
al encuentro de permacultura.
Después de trazado el boceto,
Paola y yo arrancamos a aplicar las arenas de colores
que habíamos teñido el día anterior.
Rossana y Nathaly quisieron utilizar
materiales que encontraron en los alrededores.
Tuvieron ideas hermosas.
Rossana dispuso manojos de pasto
y Nathaly trazó seis líneas con carbón,
proveniente de la olla comunitaria
que el encuentro de permacultura organizó
para proporcionar a todos y a todas
un rico y muy completo almuerzo vegetariano. 
Antes de que Brian, Rossana, Amarú,
Karl, Nathaly y Ananda partieran,
Paola, Nath y yo hicimos un pequeño ritual
recordando algunos de los movimientos ejecutados
en mandalas anteriores.
Amor en nuestras intenciones,
amor en nuestras palabras,
amor en nuestras acciones.
Una vez coloreados los doce rayos del sol,
y terminada la flor de la vida,
empezamos a rodear con más arena su forma
para continuar con el crecimiento del mandala.
Alba, a quien conocimos ese mismo día,
hizo aportes importantísimos.
Llenó de ondas y color
algunos rayos del sol.
Permaneció callada casi todo el tiempo
como en una especie de meditación.
Andrés Zapata, compañero de trabajo y de profesión,
se descalzó y le siguió un poco la cuerda a Alba.
Diego, amigo de Andrés,
también hizo sus aportes significativos.
Incluso asistieron curiosas observadoras.
Como segundo ritual de cierre
un aproximado de veinte personas
nos ubicamos alrededor del mandala
y nos tomamos de las manos.
Cada uno depositó una intención específica,
para sembrar y cosechar,
y la compartió con los otros:
hablamos de la comunicación,
de las redes humanas,
de la universidad como espacio
que a todos nos interesa cuidar.
Hablamos de la luz, de la paz, de la armonía.
Esta vez decidimos dejar el mandala tal cual,
y confiar en el viento, en las palomas y en los transeúntes
para ejecutar su transformación.

LOS MANDALAS SON ORO

sábado, 3 de mayo de 2014

Mandala del desapego

Poco a poco
de manera orgánica y hermosa
el grupo mandalero se ha ido fortaleciendo.

Este MANDALA DEL DESAPEGO,
realizado el domingo 27 de abril
en el Parque El Virrey, Bogotá D.C., Colmbia,
nació porque Catalina Villamizar,
fotógrafa profesional
y directora del colectivo SEMBRANDO BARRIO
tuvo ganas de hacer un mandala
con arenas de colores.
Luego entonces Nathaly Jiménez,
instructora de yoga tibetano del corazón
y autora de muchos mandalas humanos
se unió a la causa.
Yo invité a Paola Puerto Perdomo,
mi compañera mandalística número uno,
quien se encargó de colorear las arenas
con maestría, intuición acertada y mucha alquimia.
Como la convocatoria era abierta,
al lugar de los hechos llegó,
con increíble puntualidad,
Germán, quien ya nos ha acompañado
en otras intervenciones urbanas.
Es evidente que él es bailarín,
yo, aunque he avanzado,
todavía estoy un poco torcida.
Mariapaz,
quien también se ha mostrado muy interesada
por este tipo de acciones,
nos mostró sus habilidades plásticas
creando y proponiendo cosas increíbles.
A ella la conocí en un club de literatura
al que solíamos asistir.
También hizo parte del equipo base Tomás,
primo de Nathaly a quien conocí ese día.
Hacia el final del evento
llegaron Karl, esposo de Nathaly,
y Ananda, su hermosa hija.
El día anterior Paola y yo estuvimos tomando medidas
para no enredarnos tanto
al momento de hacer el dibujo
en una escala mayor.
Listamos una serie de pasos,
y trazamos líneas guías,
que aunque lograron confundirme en un momento,
fueron esenciales para facilitar el trabajo.
Luego de haber plasmado el boceto
con tizas en el piso,
nos tomamos un pequeño descanso
compartiendo algunos alimentos.
Y arrancamos a poner las arenas con los embudos.
Nuestro alrededor no podía ser más ruidoso.
Pero nosotros, sin ponernos de acuerdo,
guardamos un ceremonial silencio.
Llegaron también,
para acompañarnos en esta hermosa labor,
Alba, madre de una amiga nuestra.
Ángela, profesora mandálica de Alba
y directora del proyecto
LA MANDALERA,
y Andrés Zapata, un colega mío y de Paola,
quien también llegó en bici
y nos tomó unas fotos increíbles.
Gracias.
Como debíamos tener cuidado
de no correr las arenas que íbamos depositando
nos vimos en la obligación de hacer maromas
y adoptar ciertas posturas yoguísticas.
En lo personal,
me quedaron doliendo las piernas
por un par de días...
Nathaly, Paola, Catalina y yo (Silvia),
nos habíamos estado comunicando virtualmente
con anterioridad
para ponernos de acuerdo en ciertos aspectos.
El material estaba claro, las arenas de colores.
Luego entonces llegó el tema, el desapego,
pues nos viene rondando la necesidad
de soltar las dependencias
y dar bienvenida a todo aquello que nos enriquece.
Me dediqué entonces por unos días
a llevar a cabo el diseño.
Para ello me valí de ciertos datos
que me proporcionaron mis compañeras del mandala.
Los tres primeros chakras
están relacionados con el apego.
La serpiente, como animal,
es utilizada para representar aquella energía vital
que recorre con fluidez, idealmente,
nuestros siete chakras.
Y para redondear el dibujo
se me ocurrió a mí usar la imagen de la mariposa,
metáfora del cambio,
hermosa imagen del presente, de lo efímero.
Y como queríamos que el evento
fuera también la celebración
del cumpleaños de Nathaly
pues entonces le añadí hojas y flores.
Luego entonces llegó la difícil tarea
de decidir de qué nos queríamos desapegar...
Mmm...
Tantas cosas...
Pao y Cata hablaron de querer abandonar
la posición del sufrimiento.
Yo había escogido desapegarme de los juicios,
soy muy dura conmigo y con los otros,
pero un día antes de evento llegó la duda,
como siempre la duda...
Y entonces supe
que solo sabría cuál sería mi desapego
en el justo instante,
ni un segundo antes ni un segundo después
y que no me debía esforzar por encontrarlo,
llegaría de manera natural...
Y así fue.
En una nutrida conversación con Cata,
que ocurrió justo después del mandala,
pude darme cuenta de que lo que quería abandonar
era la idea de entender las situaciones
en términos de víctimas y victimarios...
No tiene sentido sentirse culpable,
o adoptar la posición del dolor...
Vale más la pena tratar de analizar las situaciones
como posibilidades de aprendizaje
y evaluar cuál es la posición que debemos asumir.
Es nuestra tarea callar?
Es nuestra tarea escuchar?
Es nuestra tarea actuar?
Es nuestra tarea quedarnos quietos, esperar?
Eso solo cada uno lo sabrá...
Volviendo al día del evento,
después de haber terminado de colorear con arenas el piso,
nos sentimos satisfechos y reconfortados.
Sonreímos.
Para cerrar el mandala
y depositar allí nuestros propósitos de desapego
debíamos ser nosotros mismos
los encargados de transformar la labor de algunas horas,
incluso días anteriores de preparación.
Nathaly había propuesto bailar sobre las arenas,
y fue ella quien dio dirección a nuestros movimientos.


Yo quise contemplar un poco más el mandala,
y no pude.
Nuestros pies se deslizaron sobre el piso
al ritmo de la música interpretada por una banda
que llega todos los domingos a tocar un rato
para el público que por allí transita.
Tenemos las fotos para recordar aquél momento.
Para contar nuestra experiencia.
Para reafirmar la satisfacción que trae desapegarse
de algo que puede parecer tan banal
como una hermosa imagen hecha con arenas de color.
Después de nuestra danza
sólo quedó en el piso una capa de arena color marrón.
Algunas personas llegaron después de la danza.
Iván e Isabel Zapata iban a apoyar ese baile
con música de tambor y con sus movimientos.
Logramos compartir con ellos algo de tomar.
Claudia y sus hijos, Jerónimo y Violeta,
quienes ya han mandaleado con nosotros antes,
hicieron sus propios dibujos en tiza sobre el piso.

Y bueno,
quien quiera desapegarse de algo
está a disposición el diseño en blanco y negro
para colorear en casa.
Estoy recopilando algunas imágenes
que me han enviado amigos cercanos
que se han animado en la labor.
Los ha alegrado increíblemente
el simple hecho de colorear.


No me canso de repetirlo.
LOS MANDALAS SON ORO.