Hace un poco más de un año
Paola Puerto Pedomo y yo, Silvia Castro Mejía,
soñamos con hacer intervenciones urbanas
con diferentes mandalas.
Para nuestra alegría ese sueño
está siendo una realidad.
El primer mandala fue en la casa de Pao,
el 21 de diciembre del 2012.
El segundo fue en el Parque Santander.
El tercero en el Parque de los Novios.
El cuarto fue el MANDALA CAMPESINO
en la Plaza de Bolívar,
a cargo de un gran equipo de amigos y amigas.
El quinto fue una colaboración
con SEMBRANDO BARRIO
haciendo un mandala en la Plaza de los Mártires.
Y el sexto fue en el Parque Nacional,
el MANDALA RAIZAL: SEMBRANDO CONFIANZA.
Estas seis acciones fueron posibles
gracias a nuestras ganas y a nuestra voluntad.
Muchas personas se han sumado
voluntaria y felizmente
a nuestras intenciones.
Ahora BIBLORED nos convoca
para llevar a cabo estas intervenciones
en el marco de la programación cultural
de algunas de las bibliotecas de la red.
Tenemos una gran sonrisa dibujada en la cara.
El sábado 7 de diciembre
tuvo lugar una festividad colombiana
de gran acogida y popularidad:
el día de las velitas.
Nosotras no somos de tradición católica ni cristiana,
pero reconocemos que este tipo de fechas
pueden ser un perfecto punto de partida
para transmitir algo más universal.
Así que transformamos el día de las velitas
en el día de iluminación.
Por eso MANDA LA LUZ.
Hicimos un boceto que incluyera
la imagen de la vela y la imagen del sol
las cuales pueden relacionarse orgánicamente
con el tema de la iluminación.
Ese dibujo lo trazamos con tizas
en el suelo del Hall Principal
de la Biblioteca Julio Mario Santodomingo.
Pedimos a los asistentes un momento de observación,
mientras nosotras terminábamos de completar los trazos.
Fue muy difícil,
en general a todos nos cuesta
lograr la quietud necesaria para ello.
Así que se fueron a dar una vuelta.
A su regreso les pedimos ubicarse dentro del mandala,
preferiblemente dentro de los círculos.
Repartimos octavos de cartón paja,
arena, arroz y maíz,
y dimos algunas pautas e ideas
traídas de nuestra investigación y experiencia
en torno al tema de los mandalas.
Fue increíble.
Permanecieron casi en silencio
durante aproximadamente una hora.
Estaban absortos en su mandala individual
que luego aportaría al gran mandala colectivo.
Paola y yo conversábamos de manera individual
con algunos asistentes.
Javier, promotor cultural de la biblioteca,
tuvo la gran idea de poner música
para acompañar el evento.
Y sin duda eso aportó a ese bello silencio
que guardaremos por siempre
como un especial momento.
Luego entonces con octavos de cartulina
elaboramos una figura en origami:
un sobre en forma de mandala.
Serviría para vertir los materiales utilizados,
pues como la naturaleza del mandala
es temporal, es momentánea,
tuvimos el deseo de hacer vivir el trabajo del desapego
a nuestros queridos asistentes.
Para finalizar observamos el mandala desde arriba,
ubicando los mandalas individuales,
en los círculos que utilizamos para sentarnos.
Un aplauso agradecido cerró nuestro encuentro.
Hubo momentos conmovedores.
Nos contaron historias,
nos explicaron los significados de las formas,
hasta hubo llanto.
Fueron momentos de alegría, de juego,
de concentración y de mucha auto observación.
La sonrisa aún la tenemos dibujada.
Estas experiencias colman nuestros corazones.
LOS MANDALAS SON ORO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario